Gargya dijo: “Adoro como Brahma a la persona que está en el sol”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro en verdad como el supremo, la cabeza de todos los seres, el rey. Quien así le adora, alcanza el estado supremo, convirtiéndose en rey y cabeza de todos los seres.”
Gargya replicó: “Adoro como Brahma a la persona que está en la luna”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro en verdad como el grande, el de blancas vestiduras, pues él es Soma, el rey. A quien así le adora, Soma le colma de bendiciones.”
Gargya prosiguió: “Adoro como Brahma a la persona que está en el rayo (y en el corazón)”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro como el resplandeciente. Quien así le adora, en verdad se torna resplandeciente y su descendencia se llena de luz.”
Gargya continuó: “Adoro como Brahma a la persona que está en el éter”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro en verdad como aquel que permanece en constante reposo y plenitud. Quien así le adora, obtiene ganado y descendencia infinitas.”
Gargya prosiguió: “Adoro como Brahma a la persona que está en el viento”. Agatasatru replicó: “¡No, no! No mehables así. Yo le adoro en verdad como Indra Vaikutha, el ejército inconquistable. Quien así le adora, alcanza la victoria; en verdad vence a todos sus enemigos.”
Gargya continuó: “Adoro como Brahma a la persona que está en el fuego”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro como el poderoso. Quien así le adora, se vuelve poderoso y su descendencia se hace invencible.
Gargya siguió: “Adoro como Brahma a la persona que está en el agua”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro como la perfección. Quien así le adora, alcanza el estado supremo de perfección” .
Gargya continuó: “Adoro como Brahma a la persona que está en el espejo”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro en verdad como el brillo supremo. Quien así le adora, alcanza el supremo, resplandor y su descendencia se llena de luz”.
Gargya prosiguió “Adoro como Brahma al sonido que sigue a un hombre cuando camina”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro en verdad como la vida. Quien así le adora, alcanza la plenitud en esta vida y el aliento vital no le abandona en la hora de la muerte”.
Gargya continuó: “Adoro como Brahma a la persona que está en el espacio”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro en verdad como el segundo que nunca nos abandona. A quien así le adora el tiempo no le abandona; ciertamente su descendencia no tiene fin.”
Gargya prosiguió: “Adoro a Brahma en la persona que está en la sombra”. Agatasatru replicó: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro como la muerte. Quien así le adora, alcanza la edad madura en esta vida; ciertamente la muerte no le atrapa en la juventud.”
Gargya dijo: “Adoro a Brahma como la persona que está en el cuerpo”. Agatasatru le respondió: “¡No, no! No me hables así. Yo le adoro como el poder supremo encarnado en un cuerpo humano. Quien así le adora, obtiene la inmortalidad para él y su descendencia.” Entonces Gargya enmudeció:
Agatasatru inquirió: “¿No tienes más que decir?” “Nada más”, contestó aquél. “Esto no es suficiente para conocer al verdadero Brahma”, dijo Agatasatru. Entonces Gargya res pondió: “Déjame ser tu discípulo.”
Agatasatru replicó: “No es natural que un brahmín acuda a un Khatriya, para que le hable de Brahma. Sin embargo, y te lo mostraré claramente”. Diciendo esto, le tomó del brazo y se fue con él. Llegaron a un lugar donde había un hombre que estaba dormido. Agatasatru le increpó con estos nombres: “Tú grande, túnica blanca, Soma, Rey”. Pero aquél no se levantó Entonces le frotó el cuerpo con la mano hasta que aquel hombre se despertó y se incorporó.
Agatasatru le preguntó: “Cuando este hombre estaba dormido, ¿dónde estaba la persona (el alma, purusha), el ser inteligente? ¿y de dónde ha vuelto?” Gargya no lo sabe.
El mismo Agatasatru respondió: “Cuando este hombre se hallaba dormido, la persona inteligente (el alma, purusha) permanecía en el éter, que está en el corazón, junto con el aliento, el habla, el oído y el ojo.
”Pero mientras duerme (o cuando sueña) sus mundos so otros. En ellos él es un gran rey o un gran brahmín. Como un gran rey, puede regir sus propios asuntos y moverse a placer en su propio campo; de igual forma, la persona (el alma) se mueve a placer entre los sentidos (pranas) cuando el sueño no es muy profundo.
“Pero cuando el sueño es muy profundo y no percibe sensación alguna, ocurre algo muy distinto. Existen setenta y dos mil arterias llamadas Hita que desde el corazón se extiende por todo el cuerpo. A través de ellas se mueve la fuerza vital dando verdadero descanso a todo el cuerpo. Y al igual que un joven, un gran rey o un gran brahmín que ha llegado a la cima de la felicidad, así él reposa en perfecta paz.
“Como una araña que saca al exterior el hilo adherido a cuerpo, o como la chispa que sale del fuego, así todos los sentidos, todos los mundos, todos los Devas y todos los seres salen del Ser. El Upanishad del Ser es la Verdad de las Verdades. En verdad los sentidos son la verdad, y el alma es la verdad de las verdades.”