Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad (parte 4)

 

QUINTO BRAHMANA         

 Yagñavalkya tenía dos mujeres, Maitreyi y Katyayani. De ellas dos, Maitreyi tenía trato con Brahma, Pero Katyayani poseía el mismo conocimiento que las demás mujeres. Y Yagñavalkya, cuando deseó prepararse para otro estado de vida (cuando quiso renunciar al estado de padre de familia, y retirarse al bosque),   
 dijo: “Maitreyi, en verdad me voy de mi casa al bosque. Por lo tanto, déjame hacer un arreglo entre tú y Katyayani”.    
 Maitreyi dijo: “Mi señor, si toda esta Tierra, llena de riquezas, me perteneciera, dime ¿me volvería inmortal por ello o no?” “No”, replicó Yagñavalkya, “tu vida seria como la de la gente rica. Pero por la riqueza no hay esperanza de inmortalidad”.
 Y Maitreyi dijo: “¿Qué debo hacer con todo eso que no me ayuda a volverme inmortal? Dígame mi Señor claramente lo que conoce de la inmortalidad”.      
 Yagñavalkya replicó: “Tú eres verdaderamente querida para mí, tú has acrecentado lo que para mí es querido en ti. Por lo tanto, si quieres, mi Señora, te lo explicaré, y pon mucha atención en lo que digo”.         
 Y él dijo: “En verdad, un marido no es preciado para que ames al marido; pero si es para amar al Ser, entonces un marido es preciado. “En verdad, una esposa no es preciada, para que ames a la esposa; pero si es para amar al Ser, entonces una esposa es preciada. “En verdad, los hijos no son preciados, para que ames a los hijos; pero si es para amar al Ser, entonces los hijos son preciados. “En verdad, la riqueza no es preciada para que ames la riqueza; pero si es para amar al Ser, entonces la riqueza es preciada. “En verdad, el ganado no es preciado para que ames al ganado; pero si es para amar al Ser, entonces el ganado es preciado. “En verdad, la casta Brahmín no es preciada para que ames la clase Brahmín; pero si es para amar al Ser, entonces la clase Brahmín es preciada. “En verdad, la casta Kshatra no es preciada para que ames la clase Kshatra; pero si es para amar al Ser, entonces la clase Kshatra es preciada. “En verdad, los mundos no son preciados para que ames los mundos; pero si es para amar al Ser, entonces los mundos son preciados. “En verdad, los Devas no son preciados para que ames los Devas; pero si es para amar al Ser, entonces los Devas son preciados. “En verdad, los Vedas no son preciados para que ames los Vedas; pero si es para amar al Ser, entonces los Vedas son preciados. “En verdad, las criaturas no son preciadas para que ames las criaturas; pero si es para amar al Ser, entonces las criaturas son preciadas. “En verdad, todas las cosas no son preciadas para que ames todas las cosas; pero si es para amar al Ser, entonces todas las cosas son preciadas. “En verdad, el Ser debe ser visto, oído, percibido y conocido. ¡Oh Maitreyi! Cuando el Ser ha sido visto, oído, percibido y conocido, entonces todo es conocido.         
 “Quienquiera que busque a la clase Brahmín fuera del Ser, será abandonado por la clase Brahmín. Quienquiera que busque a la casta Kshatra fuera del Ser, será abandonado por la clase Kshatra. Quienquiera que busque los mundos fuera del Ser, será abandonado por los mundos. Quienquiera que busque los Devas fuera del Ser, será abandonado por los Devas. Quienquiera que busque los Vedas fuera del Ser, será abandonado por los Vedas. Quienquiera que busque las criaturas fuera del Ser, será abandonado por las criaturas. Quienquiera que busque cualquier cosa fuera del Ser, será abandonado por esa cosa. “Esta clase Brahmín, esta clase Kshatra, estos mundos, estos Devas, estos Vedas, todos estos seres, todas las cosas, todo es ese Ser.           
 “Los sonidos de un tambor, al ser tocado, no pueden ser capturados externamente, pero el sonido es capturado, cuando se atrapa el tambor, o la persona que toca el tambor.         
 “Y del mismo modo los sonidos de una caracola, cuando se sopla, no pueden ser capturados externamente, pero el sonido es capturado, cuando se atrapa la caracola, o a la persona que sopla la caracola.   
 “Y así mismo los sonidos de un laúd, al ser tañido, no pueden ser capturados externamente, pero el sonido es capturado, cuando se atrapa al laúd, o la persona que toca el laúd. 
 “Del mismo modo que las nubes de humo proceden del fuego encendido con combustible húmedo, así ciertamente, oh Maitreyi, ha surgido de este gran Ser lo que llamamos Rig-veda, Yagur-veda, Sama-veda, Atharvangirasas, Itihasa, Purana, Vidya, los Upanishads, Slokas, Sutras, Anuvyakyanas, Vyakhyanas, lo que es sacrificado, lo que es vertido, la comida, la bebida, este mundo y el otro mundo, y todas las criaturas. Sólo de El surgieron todas estas cosas.     
 “Así como todas las aguas encuentran su centro en el mar, el tacto en la piel, todos los gustos en la lengua, todos los olores en la nariz, todos los colores en el ojo, todos los sonidos en el oído, todas las percepciones en la mente, todo el conocimiento en el corazón, todas las acciones en las manos, todos los movimientos en los pies, y todos los Vedas en las palabras,
 “así como una masa de sal no tiene interior ni exterior, pero en conjunto es una masa de sabor, del mismo modo ese Ser no tiene interior ni exterior, pero en conjunto es una masa de conocimiento; y habiéndose elevado por encima de esos elementos, se desvanece de nuevo en ellos. Cuando él se ha marchado, no hay más conocimiento, oh Maitreyi”, así habló Yagñavalkya.
 Entonces Maitreyí dijo: “Señor, ahora me has puesto en un estado de extremo desconcierto. En verdad, no lo comprendo”. Pero él replicó: “Oh Maitreyi, no digo nada que sea desconcertante. Ciertamente ese amado Ser es imperecedero y de una naturaleza indestructible.          
 “Porque cuando al parecer existe la dualidad, entonces uno ve al otro, uno huele al otro, uno gusta al otro, uno saluda al otro, uno oye al otro, uno percibe al otro, uno toca al otro, uno conoce al otro; pero cuando solamente el Ser es todo esto, ¿cómo puede él ver a otro, cómo puede él oler a otro, cómo puede él gustar a otro, cómo puede él saludar a otro, cómo puede él oír a otro, cómo puede él tocar a otro, cómo puede él conocer a otro? ¿Cómo debería él conocer a Aquél por el cual conoce todo esto? Ese Ser debe ser descrito mediante las palabras: ¡No, no! Es incomprensible, porque no puede ser comprendido; es imperecedero porque no puede perecer; libre, no sufre y no fracasa. Oh amada, ¿cómo debería él conocer al Conocedor? Así, oh Maitreyi, has sido instruida. Esto es lo que se refiere a la inmortalidad”. Habiendo dicho esto Yagñavalkya se marchó al bosque.

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