Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad (parte 6)

 

CUARTO BRAHMANA        

 La tierra es la esencia de todas estas cosas, el agua es la esencia de la tierra, las plantas del agua, las flores de las plantas, los frutos de las flores, el hombre de los frutos, la semilla del hombre.         
 Y Pragapati pensó, permíteme construir una morada para él, y creó una mujer (Satarupa).

 

Tam srishtvadha upasta, tasmat striyam adha upasita. Sa etam prañkam gravanam atmana eva samudaparayat, tenainam abhyasrigat.           
 Tasya vedir upastho, lomani barhis, karmadhishavane, samiddho madhyatas, tau mushkau. Sa yavan ha vai vagapeyena yagamanasya loko bhavati tavan asya loko bliavati ya evam vidvan adhopahasam karaty a sa strinam sukritam vrinkte tha ya idam avidvan adhopahasam karaty asya striyah sukritam vriñgate.          
 Etad dha sma vai tadvidvan Uddalaka Arunir ahaitad dha sma vai tadvidvan Nako Maudgalya ahaitad dha sma vai tadvidvan Kumaraharita aha, bahavo marya brahmanayana nirindriya visukrito smal lokat prayanti ya idam avidvamso dhopahasam karantiti. Bahu va idam suptasya va gagrato va retah skandati.  
 Tad abhirnrised anu va mantrayeta yan me dya retah prithivim askantsid yad ashadhir apy asarad yad apah, idam aham tad reta adade punar mam aitv indriyam punas tegah punar bhagah, punar agnayo dhishnya yathasthanam kalpan tam, ity anamikangushthabhyam adayantarena stanau va bhruvau va nirnrifigyát.           

 Si un hombre se ve a sí mismo en el agua, debería recitar el verso siguiente.: “¡Dios quiera que haya en mí esplendor, fuerza, gloria, riqueza y virtud!” Ella es la mejor de las mujeres cuyos vestidos son puros. Por lo tanto que él se acerque a una mujer cuyos vestidos sean puros, cuya forma sea pura, y se dirija a ella.         
 Si ella no se entrega, que él, como guste, la soborne con regalos. Y si aún así ella no se entrega, que él, a su gusto, la golpee con un palo o con la mano, y la conquiste, diciendo: “Con fuerza viril y g1oria arrebato tu gloria”, y de este modo ella se queda sin gloria.         
 Si ella se entrega, él dice: “Con fuerza viril y gloria te doy gloria”, y así ambos son glorificados. 

 Sa yam ikkhet kamayeta meti tasyam artham nisItaya mukhena mukham sandhayopastham asya abhimrisya gaped angadangat sambhavasi hridayad adhi gayase, sa tvam angakashayo si digdhaviddhani iva madayemam amum mayiti.           
 Atha yam ikkhen na garbham dadhiteti tasyam nishtaya mukhena mukham sandhayabhipranyapanyad indriyena te retasa reta adada ity areta eva bhavati.       
 Atha yam ikkhed garbham dadhitesi tasyam artham nishtaya mukhena mukham sandhayapanyabhipranyad indriyena te retasa reta adadhamiti garbhiny eva bhavati.

 Ahora bien, de nuevo, si la mujer de un hombre tiene un amante y el marido le odia, que él (según la regla) prepare el fuego al lado de un cántaro sin cocer, extienda una capa de flechas en orden inverso, unja estas tres cabezas de flecha con mantequilla en orden inverso, y haga el sacrificio, diciendo: “Tú eres sacrificado en mi fuego, te arrebato tu inspiración y expiración. “Tú eres sacrificado en mi fuego, te arrebato tus hijos y tu ganado. “Tú eres sacrificado en mi fuego, te arrebato tus acciones buenas y sagradas. “Tú eres sacrificado en mi fuego, te arrebato tu esperanza y tus deseos.” Aquel a quien maldice un brahmín que conoce esto, se va de este mundo sin fuerza y sin buenas acciones. Así pues, que nadie ni siquiera bromee con la mujer de un Srotriya que conoce esto, porque aquel que conoce esto, es un enemigo peligroso.     
 Cuando le llega a la mujer la enfermedad mensual, durante tres días no debería beber de ninguna vasija metálica, y llevar un vestido fresco. Que ningún Vrishala o Vrishali (una mujer o un hombre Sudra) la toque. Al final de los tres días, cuando ella se ha bañado, el marido le debería preparar arroz molido.  
 Y si un hombre desea que nazca de él un hijo blanco, y que conozca un Veda, y viva largos años, entonces, después de haber preparado arroz cocido con leche y mantequilla, ambos deberían comer, disponiéndose para tener descendencia.
 Y si un hombre desea que nazca de él un hijo bermejizo de ojos oscuros, y que conozca dos Vedas, y viva largos años, entonces, después de haber preparado arroz cocido con leche coagulada y mantequilla, ambos deberían comer, disponiéndose para tener descendencia.         
 Y si un hombre desea que nazca de él un hijo moreno de ojos rojizos y que conozca tres Vedas y viva largos años, entonces, después de haber preparado arroz cocido con agua y mantequilla, ambos deberían comer, disponiéndose para tener descendencia.  
 Y si un hombre desea que nazca de él una hija sabia, y que viva largos años, entonces, después de haber preparado arroz cocido con sésamo y mantequilla, ambos deberían comer, disponiéndose para tener descendencia.         
 Y si un hombre desea que nazca de él un hijo sabio, famoso, un hombre público, un orador popular, que conozca todos los Vedas, y que viva largos años, entonces, después de haber preparado arroz cocido con carne y mantequilla, ambos deberían comer, disponiéndose para tener descendencia. La carne debería ser de un toro joven o viejo.    
 Y luego, hacia la mañana, después de haber realizado según la regla de Sthalipaka (cocción de la olla) la preparación del Agya (mantequilla purificada), él hace el sacrificio de Sthalipaka poco a poco, diciendo: “Esto es para Agni, ¡Svaha! Esto es para Anumati, ¡Svaha! Esto es para el divino Savitri, el verdadero creador, ¡Svaha!” Habiendo hecho el sacrificio, saca el resto del arroz y se lo come, y después de haber comido de ello se lo da a su mujer. Luego se lava las manos, llena una jarra de agua, y la rocía a ella tres veces, diciendo: “Levántate pues, oh Visvavasu, busca otra doncella lozana, una mujer con su marido”.           
 Entonces la abraza, y le dice: “Yo soy Ama (respiración), tú eres Sa (palabra). Tú eres Sa (palabra), yo soy Ama (respiración). Yo soy el Saman, tú eres el Rik. Yo soy el firmamento, tú eres la Tierra. Ven, esforcémonos juntos, para que sea engendrado un hijo varón”.

 Athasya uru vihapayati, vigihitham dyavaprithivi ¡ti tasyani artham nishtaya mukhena mukham sandhaya trir enam anulomam anumarshti, Vishnur yonim kalpayratu, Tvashta rupani pimsatu, asiñkatu Pragapatir. Dhata garbhani dadhatute. Garbhani dhehi Sinivali, garbham dhehi prithushtuke, garbham te Asvinau devav adhattam pushkaraseagau.
 Hiranmayi arant Yabhyam nirmanthatam asvinau, tam te garbham havamehe dasame masi sutave. Yathagnigarbha prithivi, yatha dyaur indrena garbhini, vayur disam yatha garbha evani garbham dadhami te sav iti.
 Soshyantim adbhir abhyukshatí. Yatha vayuh pushkarinim sarniñgayati sarvatah, eva te garbha egatu sahavaitu garayuna. Indrasyayani vragab kritah sargalali saparisrayah, tam indra nirgahi garbhena savaram sabeti.

 Cuando nace el niño, él prepara el fuego, coloca al niño en su regazo, y habiendo vertido prishadagya, dadhi (leche gruesa) mezclada con ghrita (mantequilla purificada) en una jarra de metal, hace el sacrificio poco a poco de ese prishadagya, diciendo. “¡Dios quiera que al crecer así mi casa, pueda alimentar a mil! ¡Dios quiera que la fortuna nunca abandone el curso de su vida, con descendencia y ganado, Sváha! “Le ofrezco en mi mente las respiraciones vitales que están en mí, ¡Svaha! “Cualquier cosa en la que me he excedido por mucho, o cualquier cosa en la que me he excedido por poco, que el sabio Agni Svishtakritlo convierta en bueno y adecuado para nosotros, ¡Svaha!”
 Luego, colocando su boca cerca del oído derecho del niño, dice por tres veces, ¡Palabra, palabra! Después de eso él vierte conjuntamente leche espesa, miel y mantequilla purificada, y alimenta al niño con un cucharón de oro puro, diciendo: “Le otorgo Bhuh, le otorgo Bhuvah, le otorgo Svah. Bhur, Bhuvah, Svah, le otorgo todo”.    
 Luego le da su nombre, diciendo: “Tú eres el Veda”; pero éste es su nombre secreto.   
 Luego pasa el niño a su madre y le da su pecho, diciendo: “Oh Sarasvati, que tu pecho que es inagotable, delicioso, abundante, generoso, por el que regalas todas las bendiciones fluya aquí”.  
 Luego se dirige a la madre del niño: “Tú eres Ila y Maitra Vamni; tú, mujer fuerte que has dado a luz un niño robusto. Seas bendita con niños fuertes ya que me has bendecido con un niño robusto”. Y ellos dicen de ese niño: “Ah, tú eres mejor que tu padre; oh, tú eres mejor que tu abuelo. En verdad, ha alcanzado el punto más alto en felicidad, alabanza y gloria védica aquel nacido como el hijo de un brahmín que conoce esto”.

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